Como en la foto de arriba, a Don Artemio Posadas seguido se le ve sumido en su música. Esa noche estaba participando en un fandango en la casa de los Beltrán, y junto a él, tocaba Maria de la Rosa otra líder de este movimiento cultural.Un fandango es una fiesta de son jarocho, y cuando se trata de sones y de cultura, Don Artemio se hace presente.
Este señor tiene una vida haciendo su sueño realidad y ayudando a otros a conectarse con el artista que todos llevamos dentro, promoviendo la cultura que como dicen los cultos, todo lo cura –especialmente para quienes les tocó hacer vida en un nuevo país.
Cuando Don Artemio Posadas emigró a los Estados Unidos en los 70s, trajo consigo su pasión por la música, particularmente el son huasteco y el son jarocho, que aprendió en sus años universitarios en San Luis Potosí, México.
“Mientras estudiaba derecho me tomaba el tiempo para tocar y aprender más de la marimba, jarana, arpa, guitarra de son y otros instrumentos musicales,” cuenta Don Artemio vía telefónica.
Su vida cambió de rumbo, y la ha vivido entre San José y en Richmond, California, trabajando como jefe de mantenimiento en organizaciones comunitarias, y además impartiendo clases o creando música.
Entre los soneros, músicos y bohemios de aquí y de allá, Don Artemio se ha ganado el respeto por promover la cultura, la identidad y la tradición musical y comunitaria Mexicana, al grabar y producir discos, dar clases, y participar en fandangos y otras reuniones y convivencias.
Y este año la prestigiosa organización federal, el Fondo Nacional para las Artes (National Endowment for the Arts) reconocerá su aporte al incluirlo entre los 9 artistas maestros premiados con una National Heritage Fellowship, el más alto honor de los Estados Unidos para maestros de las artes folclóricas.
Ganan el premio: Bryan Akipa con la flauta Dakota, Joseph Pierre con artesanías indias y de Mardi Gras, Billy McComiskey con el acordeón Irlandés, Clarissa Rizal por actos ceremoniales Tinglit, Theresa Secord -hacedora de canastas de Sweetgrass, Bounxeung Synanonh con el órgano de boca Laosiano, Michael Vlahovich -maestro hacedor de barcas, y Leona Waddell -hacedora de canastas de madera blanca, y Artemio Posadas maestro y promotor del son tradicional mexicano.
“Estas nueve personas no son solamente artistas de gran valor, sino que además dedican tiempo y esfuerzo en compartir estas expresiones artísticas con nuevas audiencias, y a enseñar las tradiciones musicales a nuevas generaciones de artistas”, dice la NEA, siglas en inglés de National Endowment for the Arts. El premio será otorgado en Washington DC en Septiembre, en una ceremonia y concierto especial.

“Me siento muy contento y agradecido”, dice Don Artemio “Soy un perenne estudiante apasionado del son tradicional, y me parece muy importante que se siga promoviendo, y que no se pierda su valor, sus componentes, y la reglas que lo conforman”.
Don Artemio se refiere a música y movimientos culturales en los estados mexicanos de Veracruz (son jarocho), San Luis Potosí y estados aledaños (son huasteco). “El son es una tradición de las zonas rurales para satisfacer la necesidad de expresión de la gente. Se trata de participar, convivir, e improvisar, con una audiencia activa, no pasiva.”
Felicidades Don Artemio, por haber contribuído significativamente a la preservación y concientización de la herencia cultural, como le dirán al darle este importante y bien merecido reconocimiento.
¡En horabuena!
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