Entrevista de Lupita Peimbert. Fotos de Julieta Schneebeli.
(Marzo 2013) ¬– Cuando la artista entra al escenario a media luz seguida de sus músicos, el público puede ver una silueta de curvas femeninas y de ahí, a una mujer de caminar seguro pero a la vez con tacto, familiarizada con lo que va a empezar y entusiasmada con lo que pueda ocurrir.
Nos encontramos con Amparo Sánchez en los estudios de Radio Francia Internacional en Paris, durante su concierto en vivo y en transmisión simultánea por la importante cadena radial, parte de un público de unas trescientas personas, a finales de febrero.
Amparo con su pelo largo, adornada la cabeza con una flor lila, un vestido pegado, muy española, y muy Amparo. Empieza la música y como toda buena intérprete se planta y acapara la atención.
La voz es gruesa, sólida, entre quejosa y rasposa. Presenta una fusión a la que no se le puede dar nombre: un tanto de mensajes bellos y de rebeldes, más notas de gitanos, ritmos caribeños, influencia española, trova, y un poco de tonos clásicos y otro tanto de aquí y de allá.
Al final, si se le pudiera describir, lo que pudiera decirse es que durante el ir y venir de las melodías y las palabras, quien las escucha se inspira mientras que en la que canta prevalece el alma, florece la pasión; y en el intercambio surgen buenas emociones.
Los conciertos en vivo, Amparo nos dijo después, le permiten desarrollar todavía más las canciones grabadas en un disco, creando diferentes versiones y acompañamientos, jugando con las variaciones melódicas e intercambiando el juego con el público de tal manera que se convierte en una experiencia compartida.
“Va mucho mas allá de las canciones; buscamos entablar esa conversación, lograr esa unidad, ese estado de complicidad, de que se detiene el tiempo.” dice la artista.
La mayoría de las canciones que brindó en el concierto en Radio Francia Internacional son de “Alma de Cantaora,” su más reciente material, escrito todo por ella. La canción que le da nombre al álbum fue escrita en primera persona, inspirada en la abuela margarita una Shamana elocuente que de hecho inicia la canción con su canto hablado. Alma de Cantaora es un himno al poder de la mujer y una canción con la que muchas mujeres se identifican. Soy la lluvia, soy el trueno. Soy la madre rayo y fuego. Soy hermana luchadora…Alma de Cantaora, dice una estrofa.
– ¿Qué les quieres decir a las mujeres? le preguntamos.
– “Deseo que las mujeres persigan ese sueño, esa voz interior que las hace seguir adelante.”
– ¿De dónde viene la inspiración?
– “Es un estado de meditación profunda que llega mientras trabajas. Me pongo a tocar la guitarra, a refinar esto, a escribir, a preparar conciertos, a ensayar. Y entonces, en lo que trabajas te sumes en un estado de meditación donde permites que fluyan las ideas, y vives tu verdad y la dejas que aflore.”
Amparo se casó de nuevo hace cuatro años en Cuba. Confiesa que no es fácil encontrar el equilibrio entre la pareja, los hijos, las giras y el resto de su trabajo como artista. “Trato de encontrar el tiempo para mi familia, para mis amigos, para la gente que quiero, aunque hay tiempos en los que debo estar viajando,” dice.
Amparo Sánchez siente el apoyo y amistad de los músicos que la acompañan en sus proyectos. Por cierto muy buenos los que estuvieron en Paris tocando la trompeta, las guitarras y contrabajos, el violoncelo y la batería. Más que muy buenos, son excelentes músicos –y Amparo se asegura de darles crédito ante el público, que bien merecido lo tienen. Pero lo hace sin perder el enfoque en lo suyo, la canción, los versos.
En muchas de las canciones de Amparo Sánchez hay alianzas. Se da, se recibe y se comparte. Intervienen otros artistas, o hay frases que se toman de otros, como en “La flor de la palabra,” otra de sus canciones, ideada a partir de un texto del subcomandante Marcos, según lo indican en el sitio de internet de la cantante.
No morirá la flor de la palabra; podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo, de la historia y de la tierra, ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder. La flor de la palabra, no muere.
Amparo afirma que su prioridad es cantar, y lo hace con toda su alma. “No busco estar en las listas de popularidad o que mis discos sean los más vendidos, sino que la gente quiera mis canciones y que mi música se escuche.”
Su mensaje, dice “es un mensaje de esperanza, de fuerza, de rebeldía, de apoyo a la mujer. El verme a mí siendo mujer, enfrente del escenario, puede servirles a otras mujeres como fuerza para que sigan sus sueños y realicen lo que quieran lograr.”
Amparo tiene una trayectoria que continúa solidificándose en Europa y Latinoamérica. Recién estuvo con su público en México, por quien dice sentir un cariño especial. “Acabo de ir a Oaxaca y al Distrito Federal y ya me esperaban, porque no iba desde hace cinco años,” comenta con una gran sonrisa. “Se sabían mis nuevas canciones, cantamos juntos, nos tomamos muchas fotos, y firmé muchos discos.”
Con el último disco publicado en Alemania, Bélgica, Holanda, Francia, Japón, Argentina y México, ella cruza la barrera del idioma sin dificultad. “La música tiene un mensaje universal y poderoso, con el fin de conectarnos en una misma experiencia, de unirnos,” comenta al respecto.
En marzo se celebra el Mes Internacional de la Mujer, y Amparo Sánchez abre las celebraciones en República Dominicana en el Centro Cultural de España en Santo Domingo, invitada precisamente por ser considerada una embajadora de la fuerza femenina.
“Seguimos viviendo en un sistema muy patriarcal; necesitamos esa igualdad que deseamos…caminar al lado del hombre, nadie por arriba nadie por debajo, tomando decisiones, y pensando en la tierra, que ahí si yo creo que nosotras podemos hacer la revolución…luchar juntas por una igualdad.”
Para que una cantante pueda ser ella misma antes de convertirse en material comercial, tiene que tener una madurez de alma y una pasión incansable. Amparo Sánchez la tiene, la proyecta, y la comparte además con una sencillez…de alma de mujer.
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