“Yo soy uno que come su desayuno
percatándose de las glorias matutinas.”
-Basho
La noche anterior, estaba en la línea para ver una de las obras de teatro del Festival Shakespeare de Oregon, cuando una amable mujer me dijo “tienes que ir a desayunar a Morning Glory, ¡tienes que ir!”. Le hice caso.
Los domingos abren a las 8am. Eran las 8:05am y estaba a punto de estacionarme atrás del restaurante, por cierto decorado A-La French, y ya había una larga línea de ansiosos comensales listos para desayunar. Varios de ellos estaban enfrente de mí, y yo estaba tan ansiosa y con hambre como ellos.
Me dieron una mesita en una esquinita escondidita, algo que no me gusta, pero se me olvidó la ubicación tan pronto como una amable mesera se acercó y prontamente prestó atención a mis ansiosos deseos para el desayuno: ¡Café por favor! Un Omelet de espinacas, champiñones, y queso de chivita, y papas estilo hash browns de lado. Imagínate. No es como luce el plato lo que importa sino el sabor de lo que contiene. La comida se revienta y se desliza en tu boca agitando el paladar, y cuando miras alrededor buscando tomar un descanso, lo cómodo y acogedor del lugar, todo curiosito, todo francesito, se agrega a tus placeres culinarios, y no puedes hacer otra cosa más que respirar profundo y tomar otro bocado.
La Chef y dueña del lugar estaba cocinando esa mañana. Parece que lo hace muy a menudo y entonces es su sazón lo que se apodera de los platillos. Mientras me iba, no pude evitar fisgonear hacia la cocina, y entonces vi a la Chef, presurosa en la creación de su arte. Me sonreí, y ¡esa fue mi Morning Glory!
El restaurante Morning Glory está localizado en uno de los boulevares principales de Ashland, Oregon. ¡Es un lugar local reconocido como lo mejor para un glorioso desayuno!.
Texto y fotos por Lupita Peimbert.